5 de mayo de 2013

APOLOGÍA DEL SILENCIO

Expresar su ser y su sentir es una característica inherente del ser humano. Somos el ejemplo vivo de esta afirmación, una cualidad perenne que se traduce en el incomensurable volumen de obras insertas en las numerosas ramificaciones de lo que conocemos como Cultura

Es prácticamente imposible -o harto complejo- enumerar los elementos que la Humanidad ha tomado como inspiración o, directamente, como modelo para la construcción de dichos productos culturales. Básicamente, porque todos, en un momento o lugar, o mediante cualquiera de los procedimientos a disposición de la mano humana, han sido objeto de dichos procesos creativos. Desde las fuerzas de la Naturaleza hasta las más recónditas sinuosidades de la psique individual, a lo largo de la Historia y en todas las épocas, de una manera u otra, el ser humano ha manifestado -y manifiesta- la huella que en él imprimen los componentes del cosmos, incluyéndose a sí mismo.

Pero quizá, uno de esos escasos elementos que poseen escasa representación en la cultura es, ni más ni menos, que el silencio. Hay muchas razones para explicar tal ausencia, pero puede que la principal sea que el silencio es la voz del vacío absoluto, del Infinito, de lo eterno. De aquello que se encuentra, por tanto, fuera de la comprensión y, en consecuencia, de la posibilidad de ser controlado; en el mismo terreno que en tiempos anteriores a la "cientifización" del pensamiento se incluían lo mítico, lo monstruoso, lo aterrador. Por ende, en las profundidades de ese incomparable abismo, polo de tanta repulsión como atracción, que constituye lo desconocido


Es, cuanto menos, significativo, resaltar una realidad que no suele contemplarse como tal a este respecto: el silencio no existe en la Naturaleza. Al menos, no el silencio absoluto. Incluso los entornos más hostiles tienen su propia "melodía"; así, en la extensa inmensidad de los desiertos, por ejemplo, se escucha el leve crujido de las partículas de arena al friccionarse entre sí ante la brisa más suave, o al depositarse unas sobre las otras en el lento pero perenne movimiento de las dunas. Asimismo, resulta cuanto menos significativo que, si prestamos atención al ejemplo que acabamos de proponer, una gran ciudad completamente vacía es más silenciosa y ofrece una sensación de soledad y vacío infinitamente mayor que el desierto más yermo; una impresión similar a la que produce la visión de un camposanto, con la salvedad de que en éste el silencio se traduce, generalmente, en una paz sosegada, imperturbable (el sosiego de la tumba, valga la redundancia), mientras que en el caso de una metrópoli deshabitada, es la inquietante desazón de un paisaje de Chirico el sentimiento que se manifiesta.

No obstante, pese a todo lo anterior, es posible que pocas cosas expresen tanto por sí mismas al nivel al que lo hace el silencio. Pues éste puede decir Todo o Nada sin necesidad de que se exista, siquiera, un encuentro.

Nota: la imagen que ilustra el artículo corresponde a la obra Las musas inquietantes (1916), de Giorgio Chirico, conservada en una colección privada de Milán.

14 de abril de 2013

Todo caduca, salvo la fuerza del amor, de las emociones y de las palabras. Espero ser capaz, con esta nueva etapa con la que reinauguro el blog, de transmitir el significado de esta breve frase que constituye mi sencillo pero sincero retorno a la actividad bloguera. 


No quiero que me hablen más
de tierras nuevas, de paraísos
que ni son ni existen.

No quiero que cautiven mis sueños,
que los ahoguen
en el reluciente cristal líquido
de una pantalla.

No quiero tener ante mis ojos
la áspera venda
de un muro de hormigón,
no deseo ser ensordecido
por el último grito anunciador
 de un nuevo eslabón en la cadena.

Quiero salir ahí fuera,
destrozar mis botas por los caminos
y abrir en los mares
el surco ufano
de una ida
sin vuelta.
Buscando esa última isla desierta,
el auténtico "Nuevo Mundo"
que está,
y ha estado siempre,
allá donde no pueden trazarse mapas
ni donde los sueños se hacen realidad,
porque la realidad son los sueños...

Sabré que lo he encontrado
desde antes de partir,
pero no me importa.
Hay todo un universo
por aprehender
en el interior...

J. M. R. - 2013



Explosión cósmica, J. M. R. , 2012



20 de diciembre de 2012

POESÍA AUDIOVISUAL II


Encristalado tilo de la noche,
pulga soy por tus hebras de sonido,
en mi talón mi número encendido,
mi salto sideral, mi adicto coche.

¡Oh qué frío delito sin reproche
me acercan esas luces, qué aterido
suburbio con sus gárgolas de olvido,
sin llave que mis párpados abroche!

¡Qué gris serenidad clavarme el hielo
de la brisa, sentir en mis pisadas
una reciente decisión oscura:

como si fuera a devolver al cielo,
sobre un cisma de nubes alumbradas,
este fuego de estrellas que aún me dura!

(Salmo nocturno, Félix Casanova de Ayala)


http://www.elcloquido.com/2012/06/16/bosque-del-cedro/
















Las imágenes presentadas son obras del artista canario Lucas de Saá


2 de diciembre de 2012

POESÍA AUDIOVISUAL I (PROYECTO)

Pretendo iniciar una serie de entradas con el fin de realizar un pequeño proyecto de algo que he decidido experimentar: la poesía audiovisual. Enlazando con la entrada anterior, en la que hablaba acerca de gesamtkunkswerk, mi idea no es tanto concebir una "obra de arte total" (tarea harto difícil cuando no imposible, dado el grado supremo de subjetividad que requeriría semejante cometido), como de acercar a la práctica tal concepto, aunque sólo consiga "acariciarlo" ligeramente. Sin más, pues, he aquí mi propuesta.

Comenzaré con un fragmento de uno de mis poetas favoritos, Pedro García Cabrera. Podría iniciar una larga descripción acerca de lo que consigue transmitirme, pero prefiero que el poema hable por sí mismo y, sobre todo, que le haga escuchar a cada cual sus propias impresiones al respecto.

Navegar. Navegar. Navegar.
Enhebrar en los ojos
todos los horizontes de la mar.

Navegar. Navegar.

Tener un muestrario
de todas las olas del mar.

Navegar.
Ser liquen hinchado de mar
en el mar.

Navegar.
Navegar.

Navegar.

(Líquenes, 1928)


Continuamos el recorrido por este proyecto exponiendo un enlace a una grabación realizada por el equipo de "El Cloquido" que se aviene, de forma muy propicia, al contenido del poema presentado:

http://www.elcloquido.com/2010/11/27/san-juan-de-la-rambla/

Por último, se presentan las siguientes imágenes acordes con la temática que estamos tratando:



La Luna saliendo sobre el mar, C. D. Friedrich, 1822



Naves en la tormenta, I. Aivazovsky, 1860


Naufragio en océano tormentoso, J. M. W. Turner, 1833

El objetivo de este proyecto es que el receptor de la poesía sea a la vez lector, observador y oyente, a fin de crear o re-crear en su interior el sentido oculto que cada cual es capaz de encontrar en la misma. La idea es que el espectador deje de serlo y se convierta en creador, al formar una obra propia y personal en base a las directrices que aquí presento. Una propuesta similar al arte conceptual, pero enlazando con la tradición artística, sin el empleo, en mi opinión innecesario y a veces hasta vergonzoso, de elementos elegidos con dudoso criterio para la obra base; elementos que, en numerosas ocasiones buscando el escándalo y el ser la comidilla de la crítica, acaban por convertirse en el centro de atención, perdiéndose inútilmente el discurso añadido (esto es, las ya típicas exposiciones en las que no se está seguro de si se ha entrado en un museo o en un vertedero).

Este es mi proyecto y mi propuesta. Dedicaré algunas entradas más a este cometido, procurando siempre acercarme con mayor exactitud a aquello que deseo transmitir con tales premisas.

21 de octubre de 2012

GESAMTUNSKWERK (UN ENSAYO SOBRE LO IMPOSIBLE)

Bajo este término alemán se remite a una idea que, si bien fue transcrita y aplicada por Wagner, puede decirse que resume gran parte de la historiografía artística, dadas las descomunales dimensiones de su objetivo, que no es otro que el de la obra insuperable, la "obra de arte total".

La concepción del compositor de Leipzig consistía en la integración de las artes visuales, el teatro (inclinándose por la tragedia) y la música en lo que habría de constituir en sí mismo el culmen de la expresión humana, la creación perfecta por antonomasia. 

No han sido pocos los artistas que a lo largo de la Historia han intentado una empresa semejante; lograr algo así requiere un verdadero ejercicio de entrega absoluta a la búsqueda de lo inexistente, sin tener la menor garantía de éxito. Es un todo o nada.

No obstante, en mi opinión, alcanzar la cota de perfección de la Gesamtunskwerk es, más que una utopía, un irrealizable; pues la propia idea de perfección, como toda proyección humana, es imperfecta, no existe. 
En todo caso, la "obra de arte total" la constituiría el propio viaje personal, la fabulosa odisea sin otra meta que el encuentro con lo desconocido.

Sentir la inconmensurable e irresistible atracción de lo imposible.


El caminante sobre el mar de niebla, Caspar David Friedrich, 1818


14 de octubre de 2012

GANADOR POR MINORÍA

Existe el consenso, más o menos tácito (no desoigamos las restantes opiniones, casi inaudibles entre la masa ensordecedora), de considerar la democracia como el mejor sistema político que existe. O al menos, citando a Churchill, el menos malo de todos.
¿Es cierta esta afirmación? ¿Hasta qué punto es coercitivo el "mejor" régimen democrático?

La democracia, como se la entiende hoy en día, es el medio de gobierno preferido por las naciones occidentales. Su procedimiento teórico consiste, por resumirlo en una frase, en la elección de un representante por parte de la mayoría, que en caso de resultar ganador, aplicará (o no) las propuestas para la dirección del Estado que había establecido con anterioridad a las elecciones; estas propuestas, generalmente, guardan relación con la ideología del partido candidato. 
Este esquema muy genérico deja claro, sin embargo, el resultado de la ecuación: la sencillez aplastante del sistema de mayorías invalida la voluntad  y somete bajo la misma directriz política a quienes votan al candidato contrario, a otras opciones o, lo que es peor, a quienes votan en blanco, nulo o directamente se abstienen.
Con el voto en blanco, además, se da la polémica e injusta situación de pasar a engrosar los votos destinados a los partidos mayoritarios, que de ningún modo es excusable.

Soslayando esas "incómodas" faltas, la democracia suele ser vista como la panacea para las numerosas incoherencias de la política. Aunque no se diga directamente, los discursos en pro de la estructura democrática parecen transmitir la creencia de que ésta se presenta como el último peldaño en la escala de la Historia, la meta hacia la que deben confluir todos los regímenes políticos, el sistema "justo" por ende. La paradoja ante esto, es que ningún sistema tiene el menor atisbo de justicia.

¿Por qué no es justo ningún régimen político?

Porque, desde el momento en el que se entrega la voluntad propia al informe conglomerado de un gobierno [de cualquier gobierno], se está dando permiso a otro(s) para que tome(n) decisiones en nuestro nombre, que quizá no apoyemos o de las que ni siquiera estemos al corriente. El poder como tal no existe: no es más que la suma de voluntades individuales concentradas en una autoridad a la que, por alguna inexplicable razón, se le concede  una facultad semejante. Es el medio para obtener ese poder el que cambia y se ajusta a los requerimientos de cada etapa histórica en base a la mentalidad de la época; pero el objetivo es siempre el mismo.

No es nada raro apreciar posturas derrotistas con respecto a la implicación del ciudadano común, no sólo en la política, sino en todos los aspectos de la sociedad; el individuo es despreciado, su capacidad de decisión es ínfima, la voz disidente del uno se pierde en el griterío de la multitud. Pero hay algo con lo que ese uno cuenta, quizá lo último que le queda como afirmación de su identidad, y que nada puede arrebatarle: a sí mismo, su propio valor intrínseco como individuo.
Y es que, por oposición a lo que cabría esperar, es el individuo quien tiene en sus manos la potestad y determinación para dar origen a cualquier iniciativa que se proponga, para no escoger entre opciones prefabricadas sino para crear su propio camino. 

Es algo que, por tanto, todos poseemos, y del que podemos hacer uso, si nos lo proponemos, para que no seamos otros que nosotros quienes dirijamos el curso de nuestro destino. Ser, en suma, los protagonistas, los héroes de nuestra propia vida.

Puede que un solo individuo no cambie el mundo, pero sí su mundo, aquel en el que vive.



 Estudio de nubes y aves en vuelo, John Constable, 1821

7 de octubre de 2012

REVOLUCIÓN O RESOLUCIÓN

Se abre una nueva temporada de manifestaciones, y con ellas, entran de nuevo en juego cuestiones, por un lado, desde la simple y llana queja, y por otro, el debate acerca de otras formas de Gobierno más acordes con lo que la sociedad posmoderna demanda; la más popular de todas ellas, parece ser la de una República, con el claro objetivo de desembarazarse (en el caso de nuestro país) de una monarquía que parece no responder ya a los intereses de la nación.

Queda claro que la sociedad española [como siempre, en principio] vuelve a mostrarse descontenta con los gobernantes. La prueba de ello se hace patente en prácticamente todas las conversaciones, debates, foros y medios de comunicación en los que tan espinoso asunto salga a relucir. Lo que ocurre con una, en general, fastidiosa frecuencia.

¿Cuándo se han mostrado los españoles conformes con la política? Dejemos a un lado la etapa franquista (donde las opciones para los disconformes eran exiliarse o silenciar su conciencia), y reflexionemos sobre ello por un momento.
Aunque, desde luego, no es únicamente una situación característica de España; prácticamente ningún país del mundo que haya contado con un Gobierno estatal, ha estado satisfecho y de acuerdo plenamente con los devenires de sus líderes. 

Claro que esto genera posturas francamente patéticas; pocas actitudes son tan ridículas como la de quien se regodea protestando y, al mismo tiempo, sirve diligentemente a aquel contra el que dirige sus improperios.  
Porque lo que el hombre actual parece no comprender es que el Estado (y cualquiera de sus variantes) se nutre de todos y cada uno de los individuos que lo componen. O, más exactamente, de la Voluntad y la Libertad que, cual si se tratase de un artículo material sin el menor valor, sacrifican y entregan con sumisa docilidad al Gobierno, renunciando así a los dones más preciosos de esta vida. 
Caso similar sucede con el capitalismo moderno, con el neoliberalismo, cuyo motor lo constituyen los ciudadanos en su capacidad de decisión sobre si pasar de ser Homo Sapiens Sapiens a ser Homo consumericus
Y, para cerrar la tríada, tenemos la tesitura de la banca. Es frecuente escuchar o leer en los medios y entre la gente reproches por las inconmensurables inyecciones de capital orientadas a salvar a las entidades financieras de la quiebra. Lo que no es tan habitual es examinar por qué la mayoría de éstas se mantienen a flote; cierto es que la respuesta es tan sencilla que parece casi insultante: tan sencilla como que la inmensa mayoría de los habitantes del "Primer mundo" (expresión que, pese al disgusto que me produce ser consciente de su significado, se aviene a este respecto mejor que ninguna otra que conozca) tienen cuenta bancaria y realizan transacciones de forma regular. 

No espero que este artículo resulte del agrado o complacencia del lector; si desea ser adulado o recibir halagos por su conducta, hay muchos otros blogs que sin duda responderán a sus expectativas. Lo que pretendo no es limitarme a la crítica acomodaticia de cuanto aflige al ciudadano moderno, sino estimular a la reflexión para que el receptor se convierta en emisor de sus propias conclusiones. 

No servirá de nada cambiar de Gobierno si las bases sobre las que se va a crear el próximo siguen siendo los mismos cimientos podridos y carcomidos por la polilla del conformismo y la herrumbre de la resignación. 
Personalmente, considero mucho más urgente que cualquier novedad o planteamiento político, el reconocimiento de la individualidad y la rectificación del significado que se suele otorgar a la libertad: ¿libertad para qué? ¿Para elegir entre un número variable de opciones prefabricadas? 

No. Libertad, con mayúsculas. Libertad para decidir, para pensar, para crear, para vivir. 

Libertad para ser libres.




Tormenta solar; océano en llamas, J. Márquez, 2012


29 de septiembre de 2012

GNÓTHI SEAUTÓN

Por diversos motivos, puede ocurrir que a veces dejemos de lado ciertos proyectos en los que, por unas u otras convicciones personales, habíamos decidido volcarnos. Sin embargo, aunque al cabo de un tiempo recordamos nuestro propósito inicial, y lamentamos en principio no haber continuado trabajando en ello, tras un instante de reflexión nos damos cuenta de que las ideas y los objetivos que tanto nos desvivíamos por encontrar acuden a nosotros sin la menor dificultad, fluyendo con la misma espontánea naturalidad con que el agua desciende por una cascada. Algo similar, en pocas palabras, a lo que se conoce como "bloqueo artístico", la búsqueda ininterrumpida de una inspiración que, con frecuencia, llega cuando ella así lo considera oportuno

No digo con esto que haya que rendirse a los brazos indolentes del conformismo, piedra angular que rige a la mayor parte de la sociedad de nuestros días, sino que hay momentos a lo largo de nuestra existencia en los que la mejor manera [decir "la única" sería más acertado] de superar un obstáculo (sea cual sea) no es sorteándolo, en un vano intento acomodaticio de que no nos afecte, sino enfrentándonos cara a cara con él, aunque ello nos cueste tiempo y esfuerzo; pues sólo de esa forma, conseguiremos alcanzar el mayor triunfo de todos y el conocimiento más perfecto y sublime que existe: el de nosotros mismos. 

Por esto, he decidido dar un giro de timón al Blog y traer a colación nuevos temas que, si bien quizá no constituyan noticias relevantes, por su propia universalidad y trascendencia merecen tener representación en el mundo actual, pese al menosprecio que suscitan en los medios masivos de comunicación; temas que, de ser tratados más a menudo, podrían plantear nuevas preguntas, nuevas metas, nuevos retos.

¿Qué sería de la vida sin desafíos, sin límites que superar?



Procesión en Delfos, Claude Lorrain, 1673


9 de mayo de 2012

DE TASAS UNIVERSITARIAS

Los comunicados emitidos por el Ministerio de Educación en los meses de abril y mayo exhortan a un desmedido aumento de las tasas de matriculación en las universidades españolas. En algunos casos, de hasta 660 euros. Semejante tropelía no ha pasado inadvertida, y es que no es para menos

Ya se habían producido numerosos recortes en los presupuestos destinados a investigación y proyectos universitarios, que ya de por sí fueron dañinos y perjudiciales para el desarrollo de la educación del alumnado; pero estas últimas medidas no son sólo injustificables sino del todo intolerables. 

¿Qué se pretende solucionar con dichos "ajustes"? Cualquier Estado que presuma de ser medianamente "moderno", o simplemente se autoproclame "del bienestar", debe contar con dos pilares básicos de los que no se deben [deberían] retirar fondos: Sanidad y Educación. Dejando a un lado la lamentable situación de la primera, la segunda se acerca a tesituras similares. Más que nada, por la sencilla razón de que el progreso de cualquier país se encuentra en sus jóvenes; jóvenes que, en el caso de España, y con estos desproporcionados atropellos, no podrán permitirse el continuar su carrera, si dicho aumento de tasas acaba por ser aprobado.

¿Qué alternativa nos queda, entonces? En principio, tres: dos legales (renunciar a cursar la carrera por la que tanto nos hemos esforzado en conseguir, y dedicar nuestros esfuerzos a otros estudios más asequibles aunque menos acordes con nuestras inquietudes; o, sencillamente, emigrar a otro país para probar suerte en un ámbito estatal diferente, más respetuoso para con el ámbito educativo), y una "ilegal" (derrocar -de forma pacífica- al Gobierno, y que cada cual sea libre de asumir control y responsabilidad sobre sí mismo). 

En cualquier caso, hay algo que podemos [y debemos] hacer, y que no nos podrán quitar: no contribuir de forma alguna con este sistema que no hace otra cosa que condenarse a sí mismo



27 de marzo de 2012

DE PETROLERAS Y CHAPAPOTES POLÍTICOS

Con motivo de los recientes acontecimientos en torno a la polémica desatada en torno a la instalación de una plataforma petrolífera frente a las costas de Fuerteventura, redacto mi impresión personal acerca de este asunto

La compañía responsable de iniciar esta serie de hechos es Repsol, cuando el pasado 16 de marzo recibió la aprobación del Gobierno para prospectar a una distancia indefinida entre Fuerteventura y Marruecos (digo indefinida, porque cada medio de comunicación divulga datos distintos). Esta decisión, celebrada por uno[s], y escandalosa para otros, supone, aun independientemente del bando en el que nos posicionemos, la prueba fehaciente del poderío arrollador de las empresas, y la sumisión de las decisiones gubernamentales ante las mismas. Por carente de sentido y escalofriante que pueda parecer, la base del neoliberalismo en el que nos encontramos hoy en día es esta: la libre actuación de las multinacionales en el mercado internacional, con la mínima mediación [o ninguna] del Estado. Es decir, nada más y nada menos que una auténtica nueva Edad Media: el dominio total y absoluto de un organismo (la Iglesia durante el medievo, las empresas multinacionales actualmente), que controla todo y abarca toda manifestación social y cultural.

Pero de eso hablaremos en otra entrada con mayor detalle. Retornando al tema que nos concierne, después de esta resolución (para la cual no se contó absolutamente con nadie: Repsol y el Gobierno, aun sabiendo que gran parte de la opinión pública se posicionaría en contra, y sin tener en cuenta los perjuicios medioambientales, paisajísticos y políticos que causaría), se organizaron movimientos desfavorables, convocándose manifestaciones de protesta en todas las Islas, especialmente en Lanzarote y Fuerteventura.

Paisaje clásico. Charles Sheeler, 1931

Dejando de lado el ya de por sí evidente impacto visual (máxime teniendo en cuenta el contraste entre la general limpidez de las aguas majoreras y la suciedad oxidada de una plataforma), el ecológico está abocado, más que un impacto, a una catástrofe: Repsol tiene el dudoso honor de ostentar un largo historial de derrames, vertidos y demás actos negligentes (recomiendo la visualización de esta web para comprender la magnitud del problema: http://www.elpollourbano.net/es/informes/758-124/1065-el-expediente-negro-de-repsol). Muchos han alegado en su defensa la cantidad de puestos de trabajo que podría crear el establecimiento de esta industria extractiva, argumentando las alarmantes cifras de paro en Canarias. A esto sólo puedo responder afirmando tres cuestiones: la primera, ¿cuántos empleos directos se generarían? ¿200, 300 como mucho? Eso no mejora sustancialmente la situación ni disminuye la cantidad de parados, dado que son puestos temporales y en un lapso de tiempo más o menos corto volverían a engrosar las filas del desempleo. En segundo lugar: es evidente, y esto está demostrado hasta la saciedad, que una multinacional no va a perder dinero contratando a trabajadores con leyes laborales reguladas. En todo caso, nos veríamos nuevamente ante la importación y explotación de mano de obra barata. Y como tercera cuestión: personalmente, estableciendo prioridades, considero que la integridad del entorno es más importante que reducir la tasa de paro, principalmente porque es lo único con lo que nuestros descendientes podrán sobrevivir. De nada les servirá un armatoste oxidado, contaminante e inútil en medio del océano dentro de medio siglo.

Queda en el aire otro punto igual de peliagudo que los demás: el concerniente a la localización de la plataforma. Éstas, junto con las zonas industriales, suelen ser objetivos militares en caso de conflicto, lo cual de por sí ya es inquietante. Si a eso le añadimos la proximidad de un país políticamente inestable como Marruecos, obtenemos un cóctel final bastante peligroso, por la sencilla razón de que Canarias pasaría a convertirse un punto estratégico para cualquier régimen invasor.

Oil Spill 3. Katherine DuBose, 2011

No obstante, pese a que estoy completamente de acuerdo en que la población debe manifestarse para detener este atropello, hay que tener en cuenta los "intereses" de ciertos personajes en mantener una actitud en teoría contraria hacia el mismo. Estoy hablando, nada más y nada menos, que de Paulino Rivero, Coalición Canaria y compañía.

¿Por qué digo esto? Porque, tal y como los televidentes del fin de semana habrán podido comprobar en las noticias regionales (A3 y TV Canaria), las declaraciones de "rechazo" de Rivero a lo concerniente a la plataforma se están difundiendo a bombo y platillo, al igual que las de CC. El asunto, en principio, resulta ya de por sí sospechoso: ¿por qué P. Rivero, un presidente que ha permitido todo tipo de atentandos medioambientales en islas como Tenerife sin que en ningún momento se haya mostrado en contra, rechaza de repente algo que podría procurarle jugosos beneficios? Sencillamente, por varios motivos: el más importante, porque mediante esta actitud de "ecologista de pacotilla" está lavando su imagen a los ojos de sus detractores, con tal descaro que se debe ser, con todos mis respetos, bastante ignorante como para no percatarse de ello. Después, está el hecho de que Soria, su mayor oponente en política [aunque entre ellos sin duda tendrán pactos y acuerdos de negocios] sea el que promociona la construcción de la plataforma; por tanto, posicionándose en su contra y "atacándolo" directamente, cree contribuir a dar la buena apariencia que mencionamos anteriormente. Por último pero no menos importante, tenemos la certeza acerca de los intereses que Rivero posee en Marruecos, que también inducen a sospechar de sus verdaderas intenciones al apoyar la oposición a las actividades petrolíferas en la frontera entre Canarias y el país vecino. Ruego encarecidamente al lector que reflexione acerca de todo esto y extraiga sus propias conclusiones.

Para concluir, he de manifestar mi total repulsa a la decisión promulgada entre Repsol y el Gobierno, que no es más que un títere en manos de la petrolera. También me opongo totalmente a Paulino Rivero, Soria, CC y el resto de la cohorte de lacayos del imperialismo, que no son más que viles carroñeros que se aprovechan de cualquier despojo para ganar votos y satisfacer su infinita sed de codicia. No tengo ningún reparo en decirlo, en teoría nos encontramos en un país donde existe la llamada "libertad de expresión". Claro que también es verdad que en estos tiempos la censura está a la orden del día.

Como epílogo, una última consideración personal: ¿acaso no se encuentra el paisaje de Canarias ya lo bastante vapuleado? ¿Es que a nadie se ha parado a pensar en lo que vamos a legar a nuestros descendientes? Parece que la palabra herencia está asociada de manera exclusiva y excluyente al dinero y las propiedades. Nuestra verdadera herencia será el entorno que entregaremos a nuestros hijos y nietos; un ambiente limpio, en el que la vida humana, animal y vegetal pueda desarrollarse con hedonista comodidad, y donde obtener la felicidad sea tan sencillo como tomar una fruta madura de un árbol, contemplar el saludo o la despedida del apolíneo Sol y respirar el viajero salitre de este hermoso Atlántico que nos rodea.

¡Hasta pronto! ¡Dejen su opinión al respecto!